¿Qué es el Mal de Alfombras?
-ADVERTENCIA: Si este artículo lo incomoda o
siente la necesidad de no compartirlo, puede estar sufriendo del Síndrome del
Mal de Alfombra o Tapete-
El “Síndrome
del Mal de Alfombras o Mal de Tapete” es una entidad poco descrita aunque
ampliamente difundida entre las personas que dedican su tiempo al activismo en
el ámbito social y comunitario. Sus principales síntomas son apatía frente al
dolor ajeno, concordancia súbita de pensamiento con posibles financiadores,
exceso de protagonismo individual con invisibilización de liderazgos jóvenes y
emergentes, pérdida del trabajo territorial (si alguna vez la tuvo), adulación
de gobernantes de turno, incapacidad de transmitir buenas prácticas o
socializar proyectos, entre otros.
Etiología Y Fisiopatología (Agente Causal y Forma de Acción)
Si bien se
desconoce su agente etiológico el desarrollo de esta patología estaría
vinculado con la frecuencia de exposición a alfombras de hoteles de categoría,
centro de convenciones, organismos del estado y agencias internacionales. Al
parecer habría un efecto de “desgaste” de los sujetos en fricción con las
alfombras - se define fuerza de rozamiento o fuerza de fricción, a la fuerza entre dos
superficies en contacto-, en cada paso y ante la exposición frecuente,
perderían capacidades altruistas y de pensar soluciones prácticas para conflictos
emergentes. Otra característica del “Mal” está relacionada con la producción de
electricidad estática - electricidad estática se refiere a la acumulación de un
exceso de carga en una zona con poca conductividad eléctrica, un aislante, de
manera que la acumulación de carga persiste- al parecer esto generaría una
atracción entre el tapete y el operador comunitario de tal forma que establecen un vínculo de atracción permanente, que a su vez, lo lleva a necesitar cada
vez más cantidad de alfombra.
Diagnóstico
El
diagnóstico de esta patología es bastante difícil sin solicitar análisis de
archivo y revisión de actividad de los últimos dos años. Por lo general las y
los afectados mantienen discursos actualizados y coherentes además de tener múltiples
fotos con “referentes” sociales pero ausencia de fotos con “no referentes”.
Hábiles negadores de su patología delimitan múltiples escenarios para ocultar
su padecimiento y prefieren no hablar de sus ingresos y formas de vida.
Tratamiento y Prevención
El tratamiento
es difícil porque la afección responde a las reglas del mercado de capitales,
donde múltiples organismos gubernamentales y no gubernamentales se sirven de “representaciones”
que no tienen correlación con los representados, tal vez porque los costes “políticos”
de fomentar el síndrome son menores que el de modificar realidades
comunitarias.
Muchos de los
sujetos afectados son irrecuperables pero debemos evitar la enfermedad siga
avanzando sobre los liderazgos emergentes. Corresponde advertir a las personas
de buena voluntad, que si desean generar cambios sociales, el primer paso es
hacerlo en su comunidad de origen, tienen que proponerse un antes y un después de su trabajo
en la población que están inmersos. Por otra parte es imposible el trabajo
individual, si no tenemos la capacidad de generar múltiples liderazgos y
formarlos de forma continua la participación se disuelve y el “representante” o
“hacedor comunitario” no tiene legitimidad ante el conflicto que desea
resolver. Otra herramienta interesante es responder las siguientes premisas
antes de pisar la alfombra ¿A qué voy?; ¿Porqué voy?; ¿Qué busco? Y ¿Por qué lo
busco?
Para
finalizar cabe destacar que las “ideas”
cambian situaciones o las dejan igual, los “ideales” transforman la realidad,
la historia y las biografías… Los ideales encienden corazones y los hacen
inmunes a la individualidad.
Con cariño a
las y los colegas que no duermen ante el insomnio de un ideal, que sufren la
amenaza constante del mal de alfombra o tapete. Carlos Fiorentino.