El “arte de curar” requiere actualmente de esfuerzo continuo que más allá
de los avances científicos y técnicos, nos ayude a ganar empatía,
entendimiento y escucha de nuestros pacientes. Es nuestro deber como profesionales de la salud, cambiar el vetusto y reaccionario modelo
biologicista, en busca de un modelo de salud que contemple los determinantes
sociales, históricos, psicológicos y emocionales del proceso de salud y
enfermedad.
Ya no se trata de llegar a un diagnóstico y consensuar pautas de
tratamiento sobre una enfermedad, por el contrario, el desafío de los próximos
años será hacer de los avances científicos algo sustentable y revertir la
creciente tendencia mundial de que la salud sea posesión solamente de quienes
puedan pagarla, en definitiva, el desafío es hacer de la medicina algo de
personas al servicio de personas.
Nos tocará ser pilotos de tormentas en los años venideros, los costos en
salud y la tendencia a la salud como un bien de mercado para unos pocos, harán
que debamos asumir compromisos y ser creativos, pues la salud como derecho será
algo que debemos anteponer frente a cualquier mezquindad. Así por ejemplo, en
la actualidad, drogas como el Sofosbuvir que ha demostrado ser "curativo" y con
los menores efectos adversos para el tratamiento de la Hepatitis C, se
comercializa en EEUU con un costo de U$84.000 en su kit de
12 semanas, en el mejor de los casos que no deba usarse un tratamiento por 24
semanas (AR$ 1.6 millones!!! aprox.). Jeffrey Sachs en su artículo titulado “The drug that is bankrupting America” (la droga que
está quebrando a América) “según los investigadores de la Universidad de
Liverpool, los costos reales de producción de Sovaldi (Marca Registrada de
Sofosbuvir por Gilead) para 12 semanas de tratamiento están entre los 68 y 136
dólares” y que “la inversión de una década de investigación (12 millones de
dólares) fue recuperada en unas pocas semanas de venta”, lo demás son
escandalosas ganancias con el dolor y el padecimiento de millones de
personas en el mundo.
Frente a lo más crudo del capitalismo salvaje y el neoliberalismo que no piensa en vidas humanas sino en números (siempre
con pretensiones de ganar elecciones y con eslóganes de felicidad), una pequeña
luz se vislumbra con la toma de decisión de los estados del Mercosur y UNASUR,
ante la propuesta del Ministro de Salud, Daniel Gollan y el Ministro de Economía, Axel Kicillof, quienes promovieron la compra de medicamentos en bloque
económico para lograr mejores precios frente a la imposición de las
multinacionales farmacéuticas con excelentes resultados y asegurando precios
más convenientes para toda la región. Este tipo de acciones se suman a otras, como la compra de “Viraday” genérico de “Atripla”
(Tenofovir/Emtricitabina/Efavirenz), medicación de uso mensual para personas
que viven con VIH, significando un ahorro de US$46 por pastilla (US$50 a US$4),
que se traduce en un ahorro de millones de dólares para el país, no sin menor “pataleta”
legal de Gilead.
Una de las mayores ganancias de nuestra sociedad ha sido, además de la
educación pública, el interpretar a la salud como un derecho básico y en ella
el mayor exponente es nuestro sistema público de salud.
En el 2004 el sociólogo, López Artemio, decía que si en argentina
vivieran 100 personas y hubieran para repartir $100 pesos, el 20% más rico se
quedaría con $54 y el 20% más pobre solamente con $4, por otra parte, 48
personas (de esta argentina imaginaria de 100 personas) no tendrían otra
cobertura sanitaria por fuera de la salud pública, el hospital, la salita... si
fuésemos 100 las argentinas y argentinos, 3 serían profesionales universitarios
y 2 analfabetos absolutos. Analizando este contexto, las y los médicos somos
afortunados y la presencia del estado en nuestras vidas, es decir la sociedad
en su conjunto, para hoy ser médicos especialistas nos exige una gran
responsabilidad, parafraseando a Salvador Allende, que por cierto también era
médico, (Universidad de Guadalajara
México, 1972), “para que termine esta realidad brutal, se requiere un
profesional comprometido con el cambio social (…)y de profesionales que no
busquen engordar en los puestos públicos”, por el contrario, necesitamos ser
creativos para afrontar los desafíos de la valiosa salud pública de los años
venideros y valientes para asumir las transformaciones necesarias, para crear
un sistema de igualdad que con valores de justicia nos permita la tan anhelada
equidad en salud.
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VER TAMBIÉN: "Médicas/os para el futuro de San Juan" por Carlos Fiorentino, palabras en el acto de colación de especialidades médicas del Ministerio de Salud de San Juan. Centro Cívico, San Juan, Argentina.
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