miércoles, 23 de abril de 2014

Las y los "casi" perfectas/os


Hay situaciones que me urgen escribir, este momento surge de esa implacable necesidad, por suerte traigo mi netbook y dispongo del tiempo suficiente como para no tener que enajenarme del deseo en pos de tal vez cumplir con alguna meta de la rutina.


Me encuentro viajando por una ruta argentina sin poder precisar exactamente el lugar, supongo en la provincia de Chaco ya que la última terminal en la que se detuvo el colectivo fue en la ciudad de Resistencia. No traje libros y además del camino o el constante movimiento de ir en el segundo piso del colectivo no tengo mayores distracciones. Como habitualmente sucede en este tipo de silencios y esperas me encuentro con mis recuerdos disparados por la añoranza de estar en ningún lado. En eso que transcurre la siesta luego del sandwich que sirvió por almuerzo, el auxiliar a bordo como parte de su rutina laboral me hace una propuesta (el claramente no lo sabe…solamente cumple con su trabajo), colocó una película llamada “Corazón de León”, si una argentina de Franccella.  Poca repercusión había escuchado de la misma, en fin “no debe ser muy buena” supuse.

No me gusta contar películas y mucho menos si no has tenido la oportunidad de verla, y la verdad es que no quiero contarla, es simplemente mi disparador para ponerme a escribir. En una de sus escenas se habla de alguien “casi perfecto”, siendo lo abyecto, indeseable, anormal, aberrante, insólito, desconocido, defectuoso, lo meritorio de un casi o mejor dicho cuasi, similar a algo, pero definitivamente incompleto. Uno de los personajes era abismado a superar lo “cuasi” humano para entender a otro como un igual que sea legítimamente amado. Se puso densa la cosa pensándolo así, tal vez por eso esta película no tuvo mayor repercusión, nos pone densos, en primera persona.

¿Quién o quienes somos las o los casi? O simplemente ¿Quién no lo es?, ¿El amor es una herramienta para superar diferencias o es simplemente lo que necesitamos creer?, se agolpan las preguntas y los cuerpos abyectos desfilan por mi mente. No ser deseado o deseable pone evidencia un sinnúmero de dictámenes sociales que atraviesan los cuerpos humanos, para por último, despojarlos de su humanidad relegándolos a la nada misma, a ser invisibles en la periferia de los gustos.
"No ser deseado o deseable pone evidencia un sinnúmero de dictámenes sociales que atraviesan los cuerpos (...)  relegándolos a la nada misma, a ser invisibles en la periferia de los gustos."
Es curioso los seres humanos hayamos inventado parámetros que nos cosifican y nos hacen perder de vista uno de los atributos más maravillosos de nuestra existencia, la diversidad. En este campo minado de normalidades acumulables hemos generado un jardín de excluidos y marginales que no son más que la trampa cotidiana de cualquier enfermedad.

Así los “casi” humanos de la modernidad son todos aquellos que se alejan de la norma y la lógica del capital. Las y Los bajas/os, muy flacas/os, muy altas/os, gordas/os, negras/os, pobres, sidosas/os, drogadictos/as, putas/os, tortas, trans, personas con discapacidad motriz o mental, viejas/os, extranjeras/os, etc. En fin una lista interminable de defectuosas/os que pordría completar varias páginas y no agrega ninguna novedad a quién me lea.

¿Podemos, deberíamos o simplemente es posible amar lo “casi” humano? Es entonces cuando un sentimiento que se muestra como uno de los más primitivos parece estar condenado a muchos sin respuestas ante una oculta trama de desigualdades y poderes que no deja expresar y simplemente se taponan en esta forma tan humana de amar.

¿Te puedo cuestionar amor? Acaso es posible amar lo humanoide, lo que no tiene forma de semejante pero sin lugar a dudas se parece… de forma sórdida aparecen frases como “el amor lo puede todo” o “no hay barreras para el amor”. Pero somos capaces de entregar un beso apasionado a una persona indeseable, si esa “no me gusta”. Podríamos besar a un pordiosero o seguiríamos en la hipocresía de la caridad y entregar lo que nos sobra, porque evidentemente poner en primera persona nuestra humanidad ante otros sería el faltante o la carencia.

De a poco se corre la cortina para empezar a al menos a sospechar que somos una manada de “casis”, incompletos y frustrados en nuestra naturaleza finita, mitad animal, biológicos, primitivos y básicos con otra mitad racional, perfectible, irreal, con vocación de plenitud pero inmersa en mediocridades creídas y aprendidas.

Soy un “casi” más que busca ser aceptado y amado, en fin “deseado” según Perlongher. Caer en un pantano de verdades puede comenzar por aceptar que no soy dueño de mis deseos y que estos no son más que un reflejo de las normas y dictámenes sociales. Nos exigimos para demostrar a la manada de “casis” lo imprescindibles que podemos ser  y lo único que logramos afirmar es cuan carente seguimos siendo. No nos enseñaron a ser completos, nos quieren fragmentados, temerosos de la muerte, temerosos del   “otro” a la vez que hipócritamente se nos exige amar.

Me encantaría amarte si así de novelita mexicana, creo sería más fácil, parece más fácil pero debería y deberías dejar de ser un paria, un casi, pero dudo que eso pase, al menos en este plano de cosas y lamentablemente no hay otro en el que pueda entenderme vivo, al menos bajo esta no forma cuasi humana que me otorgas y que te adjudico. Estamos tremendamente cagados, si, cagados. Sin principio ni fin, atrapados en un ”ni fu ni fa”. Pero insistimos en amarnos…

Amamos y pretendemos entendernos, pero el colectivo se detuvo, en un parador de la ruta, sube una mujer, ¿Será Catamarca? -me pregunto- ni idea, solo estimo que me quedan como 20 horas hasta mi destino. Sale el chofer y grita “¡no se peleen, una para cada una!”, creo escribía sobre el amor, pero me distraje a mirar por la ventanilla les estaba entregando las bandejas de sándwiches sobrantes del servicio a los pasajeros a un grupo de niñas y niños, estimo eran cinco, tenían hambre, el colectivo continúa su camino, miro uno de los chicos, ¿Nueve años? Me pregunto… mientras lo veo morder su sándwich.

Una “jauría” de “casis” hambrientos, esos que se alimentan de sobras y otro “casi” que los mira, de esos que viven gracias a los medicamentos y que viajan en un colectivo, bastante diferente de los “casis” que viajan en avión supongo, aunque nada parecidos a los que manejan la suya propia, pero que incompletos buscan ser aceptados en unas cuantas líneas de cocaína y fiestas elegantes. Nada que ver otros sándwiches, otros.

Aquí me acuerdo de todos mis amores que “casi” perfectos me regalan recuerdos, pienso en los nuevos que prometedores tienen faltantes concretos, -jajaj- el amor no es cosa de humanos, como tampoco es la vida que hemos creado, ni los colectivos, ni los otros, tampoco es cosas de dioses es simplemente una convención tranquilizante de incompletos.
"El amor no es cosa de humanos, como tampoco es la vida que hemos creado (...)"
El estigma de los “casis” los hace infelices y los habilita a generar más estigma a otros “casis”, el deseo no es libre, ni mío y el amor… el amor engendra el mismo abismo de los imposibles. 
Estamos cagados, si, cagados. 

Carlos Fiorentino

lunes, 14 de abril de 2014

LUNA ROJA DEL SIDA

“La plaga nos llegó como una nueva forma de colonización por contagio. Reemplazó nuestras plumas por jeringas y el sol por la gota congelada de la luna en el sidario” Loco Afán, Pedro Lemebel.

Esta madrugada del 15 de abril del 2014, un evento astronómico nos pone algo inquietos. Los medios de comunicación y eruditos en el tema dicen que una gran luna roja podrá verse en el cielo argentino y en gran parte de América. Se trata de un eclipse que tendrá lugar entre las 3:00 am hora local y se extenderá por varios minutos, 78 para ser exacto. El fenómeno despierta la inquietud de muchos y me incluyo y dicen la luna se vestirá de rojo por el cono de sombra que proyecta la tierra y el reflejo de la luz en la misma. Muchos han inventado historias a este evento, tal vez, porque la ciencia en esos momentos no podía explicarlo o simplemente porque decidieron hacer de ella un motivo, un momento o una reflexión.

Mi luna roja tiene ganas de hablar de luchas, de quienes no están, de quienes la pelean y de quienes la pelearán, aunque con la esperanza de que cada vez sean menos. Mi luna roja está teñida de sangre, como la de las antiguas escrituras, habla de VIH y de la epidemia que lleva más de 30 años entre nosotros. El rojo y su cinta fueron la forma de comunicarla, prevenir y recordar. Los 1 de diciembre, día de la respuesta internacional frente al VIH/sida, vestimos monumentos de ese color y hoy, tal vez ingenua o no, la luna elige vestir de ese color.

Un momento para recordar a todas y todos los que murieron en lo absurdo de la plaga, quienes la enfrentaron con hidalguía en momentos en los que el tratamiento era escaso o simplemente no lo había, la “peste rosa” parecía problemas de los “otros”, esos que el discurso dominante aborrecía pero eran buena excusa de colectas de la “gente bien” y lucrar en nombre del dolor. “Pobrecitos pecadores” decían mientras los templos se llenaban de los sollozos callados de madres y padres que preferían silenciar hasta sus propias conciencias con tal de que nadie los escuche y señale.

Poco a poco, la luna roja salió de la penumbra de la muerte y nuevos tratamientos farmacológicos dieron vida a lo inevitable, arrastrando el estigma a una condición, “vivir con VIH”.  Pero otra avalancha de nuevas oscuridades acecha los cuerpos, esta vez en manos de laboratorios que guardan celosamente las patentes de sus medicamentos fijando los precios en dólares, haciendo del “elixir” algo  inalcanzable para países subdesarrollados, la noche allí en esas latitudes sigue siendo impenetrable, donde la desinformación y la pobreza siguen siendo reinas.

El virus se propagó por el globo y como era de esperarse no con menos prejuicios. Pronto aquello reservado a prostitutas, adictos y homosexuales comenzó a generalizarse en la población, evidenciando que las enfermedades son cosas de seres humanos y que todas y todos lo eran. A diferencia de otros “males” este no distinguía raza, religión, color, preferencia sexual o clase social. Debimos pensarnos y repensarnos las y los médicos y asumir las culpas de discursos que no hicieron más que desprevenir a la sociedad que se creía inmune. Debimos repensarnos como sociedad y como mundo. En la actualidad entendemos, aunque solamente algunos países, que los derechos dan salud y mejoran las vidas de las personas.

Hoy la luna crónica da chances a los cuerpos intervenidos por la industria farmacéutica que promete “poner fin” a la epidemia y poco se pregunta de las desigualdades entre los países mas ricos y pobres, poco se pregunta de la no aplicación efectiva de una educación sexual integral para nuestros jóvenes, poco y nada habla de la prevención y la necesidad de fortalecer a quienes viven con el virus para que  no sean discriminados a la hora de ingresar a un trabajo por medio de los famosos test preocupacionales librados a un vació legal que hace su compulsiva y muchas veces inconsulta realización deje sin sueños a muchas y muchos.

La luna roja espero ilumine a quienes tienen capacidad de poner fin al dolor, la luna roja debe ser testigo de un cambio hacia un mundo que garantice los derechos de todas y todos. La luna roja ojalá te recuerde la necesidad de hacerte un test y el uso correcto del preservativo. La luna roja estará allí por 78 minutos, en ese tiempo habrá 78 nuevas mujeres jóvenes infectadas en el globo y durante las próximas 24 horas  400 personas contraerán VIH en América Latina…

Carlos Fiorentino
Médico, Activista Comunitario en VIH/sida y DDHH.
carlos_fiorentino@hotmail.com

sábado, 5 de abril de 2014

Caminamos para encontrarnos

Médicos Comunitarios: Dra. Ester Mallea y Dr Carlos Fiorentino.
   La planificación estratégica 2014 para el Centro de Atención Primaria "Villa Constitución" de Pocito es fruto del diagnóstico participativo realizado durante el 2013 y busca un abordaje comunitario y multisectorial de los problemas de salud. Así, por ejemplo, la falta de espacios de esparcimiento adecuados donde realizar deportes o mantener un intercambio de hábitos saludables entre los miembros de la comunidad, hace del espacio público algo ajeno e impropio. Por ello, parte de la propuesta es habitar los espacios verdes propiciando acciones positivas, salutogénicas y colaborativas.

Vecinas y Lic. Lucia Sosa.
   Una de las acciones planificadas son las "Caminatas Saludables"  destinadas a vecinas y vecinos del lugar, todos los jueves a las 16hs,  en la plazoleta frente a la Escuela Las Hornillas del Barrio Teresa de Calcuta (Calle 5 y Frias - Pocito). Allí se brindará consejos para la prevención en salud a la vez que se fortalecen los lazos de pertenencia y colaboración entre los vecinos.
   El equipo que lleva a cabo la actividad se encuentra compuesto por los médicos comunitarios: Dra Ester Mallea y Dr. Carlos Fiorentino, la Lic. en enfermería Lucía Sosa, la agente sanitario Maria Diaz y la promotora de salud Graciela Ortega.

Vecinas haciendo ejercicio junto con personal del centro de salud.
   Esta iniciativa es parte del Programa Nacional de Médicos Comunitarios del Ministerio de Salud de la Nación e incluye el apoyo de la Universidad Nacional de San Juan, el Ministerio Salud Pública y Ministerio de Desarrollo Humano de la Provincia de San Juan.

Antecedentes del Problema

    La falta de cohesión social se advierte por tratarse de una población “implantada”, es decir con distintos orígenes, en parte motivada por el plan provincial de erradicación de villas a las cuales se les asignó espacios de forma aleatoria y no hay una trama social homogénea y armónica que favorezca una dinámica social positiva.
   Es necesario recordar que la zona comprendida entre Calle Lemos, Calle 5, Calle Vidart y Calle 8 presenta gran cantidad de conflictos sociales debido a la falta de legitimidad de los habitantes con su espacio, hay constantes “luchas” de poder simbólico por la zona, además de destrucción y vandalismo del espacio público (plazas, escuela, etc), en los que se mezclan las adicciones, delincuencia y violencia como forma habitual de resolución de problemas.