El sábado 25
de Julio llevamos a cabo el tercer encuentro enmarcado en el proyecto
de "Consolidación del equipo de Residencia del Servicio de Clínica Médica
del Hospital Dr. Marcial Quiroga", que tiene por desafío promover una visión del quehacer médico desde los Derechos Humanos.
Este encuentro tuvo como eje, la empatía y un
“escuchatorio”. El término escuchatorio fue acuñado por el Dr. Fracisco Maglio,
quién nos recuerda de cambiar el interrogatorio médico por un verdadero espacio
de diálogo y escucha con nuestros pacientes, de esta manera, tomarse el tiempo
para reflexionar frente a la vorágine despersonalizante y alienadora de los tiempos
en que vivimos -Recomiendo ver: https://vimeo.com/25838158 -. Pero primero resulta fundamental promover el espacio de escucha
y reflexión entre los miembros del equipo de salud para poder llegar a un
cambio sustentable.
“Muchos pacientes se curan con la satisfacción que le produce un médico que los escucha” Hipócrates
Más allá de las necesidades de nuestros
pacientes sería necio pensar que los profesionales de la salud no necesitamos
también ser escuchados, así poder expresar nuestros sentimientos frente a lo
inevitable, la pérdida, o la carencia, siempre presentes en el proceso de
salud-enfermedad y sobre todo en la sala de un hospital público. ¿Cómo nos
sentimos frente a la pérdida de un paciente?, fue la pregunta que puso en
evidencia sentimientos, miedos, inseguridades y silencios en nuestra práctica
profesional. “Me gustó nos escucháramos” relató uno de los profesionales en la
evaluación de la actividad y otro refirió “Más allá de que seamos Residentes de
1°, 2°, 3° o 4° año, sentí éramos iguales”, y me detengo en esa última palabra... ser “iguales”, es decir, más allá de la ciencia o la técnica nos reconfortaba
recobrar nuestra humanidad, allí donde todas y todos somos iguales.
“yo no soy el otro, pero necesito al otro para ser yo” Levinas
Cuando conformamos un equipo de salud resulta fundamental establecer la misión del mismo como así también edificar una visión o perspectiva
frente a las problemáticas y tareas que debemos afrontar. Así
en dinámica taller construimos ese “ser” que representa nuestro equipo donde
cada miembro eligió ser un órgano, aparato o sistema que lo identifica, da
pertenencia, sentido y dirección al grupo. Un/a “Mudpiles”- que ganó su nombre de una de las
tantas nemotecnias de la medicina interna- donde cada quién encontró su lugar
para darle y dar vida.
Finalizó la jornada con la lectura reflexiva y
análisis de las barreras materiales, institucionales, profesionales y
percibidas por la población que
dificultan el acceso a la atención integral e impiden integrar las acciones de promoción
de la salud y prevención de las enfermedades. Entendernos parte del problema y la solución, implica superar actitudes de soberbia, paternalismo, individualismo y por sobre todas las cosas abandonar la identificación con los grupos dominantes que nos “impide el conocimiento de los verdaderos grupos de alto riesgo en los estratos marginados” (Kroeger y Luna).
Sólo me resta agregar que desde lo personal y
profesional como coordinador de esta experiencia estoy muy agradecido por el
compromiso y participación activa por parte de mis colegas en el desarrollo de
esta propuesta.